Los que conocen bien la leyenda del Cadejo
aseguran que no es un Animal malo ni sanguinario; ni siquiera
bullanguero. Jamás ha atacado a los hombres ni hace
mal a nadie. Dicen que el Cadejo fue un hijo desobediente . El muchacho pasaba
casi todas las noches en Fiestas y desórdenes. De nada valían los
ruegos, súplicas y regaños del papa. El muchacho era obstinado. Una
noche en que se fue de parranda,
no volvió a la casa por varios días. El
papó estaba tan disgustado que cuando el muchacho regresó lo miró con
ojos de furia y centellantes. Y aquella mirada encendió el mismo fuego
en los ejes del hijo. El papa le
pidió una explicación, pero el muchacho
estaba muy paralizado. Entonces El
le ordenó que se quitara de su vista para siempre.
Cuentan que aquel muchacho se convirtió
en el Cadejo, un animal igual a un perro, con el pelo largo y las ojos
encendidos. Por la noche sigue a los trasnochadores. siempre guarda la misma
distancia detrás del caminante. Si se intenta forzarlo a pelear,
desaparece. Luego el Cadejo vuelve a
seguir al hombre a la misma distancia, con sus ojos
encendidos. Dicen que ni las balas ni los machetazos son efectivos contra
el Cadejo, pues nada le hacen. Por eso aparece siempre donde quiera que
haya una persona desobediente.
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